Cuando caen las fichas

El Silencio Tras la Victoria
Solía perseguir las fichas de mahjong como si fueran suerte—ahora las veo como fantasmas en la máquina. Cada giro es una respiración larga. El tintine de las piezas no celebra; eco un espacio hueco entre mis costillas. Nadie gana aquí. No realmente. El panda te observa desde lejos—no con alegría, sino con conocimiento silencioso.
El Ritual de Caer
Esto no es un juego de suerte. Es lo que evitas cuando ya no puedes huir. Cada ficha que cae? No es un premio—es un espejo. Juego porque intento recordar algo que perdí antes de saber cómo detenerme.
El Panda en la Máquina
El panda no es lindo. Es silencioso. No celebra cuando ganas. Solo está allí—observando, sosteniendo, diciendo nada. Sus ojos son más viejos que tu duda. No juego por la recompensa. Juego porque recuerda lo que olvidé cómo sentirme vivo sin necesitarlo.
El Verdadero Jackpot No Es Dinero
El jackpot no es dinero—it’s silencio tras treinta giros sin pago. ¿La verdadera recompensa? Un momento en que comprendes que nunca jugaste por ti—jugabas para olvidarte a ti mismo. La máquina no le importa si ganas o pierdes—solo importa si aún apareces mañana—and por qué.






